29 abr 2012

El mundo entero se me echará encima algún día con algún pretexto ridículo; sé que en cualquier momento pueden arrastrarme a una mazmorra con aire acondicionado y dejarme allí, bajo luces fluorescentes y un techo con aislamiento acústico, para que pague el precio por burlador de todo lo que atesoran en sus corazoncitos de látex.
La conjura de los necios,
Ignatius P. Rilley.

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